Gimme Moore!
Se anuncia el estreno en México de Sicko, el más reciente trabajo del muy controvertido director norteamericano Michael Moore. Ubicado siempre en el ojo del huracán, en esta ocasión Moore hace su acostumbrado trabajo de exposición y crítica dirigido a cuestionar los servicios de salud en la unión americana.
Moore tiene la enorme cualidad de poner el dedo en la llaga alrededor de las cuestiones más sensibles para la opinión pública norteamericana. Criticado por muchos por el estilo poco ortodoxo con que dirige sus argumentos, manipula a los entrevistados y se burla del sistema; la verdad es que más que restarle interés genera expectativa por conocer sus nuevos objetivos de ataque.
La razón por la que un trabajo aparentemente localista gana el interés de las audiencias internacionales parece deberse a dos cuestiones fundamentales: Primero, estamos acostumbrados a criticar el american way of life desde afuera. El que un hombre lo haga desde adentro y desde una posición que se considera afortunada -incluso para los propios ciudadanos norteamericanos- resulta sumamente interesante. Porque Moore vive y trabaja dentro una de las industrias que más dinero generan en E.U.A. La industria del entretenimiento –dentro de la cual se encuentra la cinematográfica- es la tercera en importancia para la economía norteamericana.
Segundo: a pesar de todo, Moore no representa una ideología antimperialista. Tradicional en las críticas al modelo estadounidense, es abrigarse de las mas radicales corrientes de izquierda antiyanquis, que todavía pueblan la tierra. Pero Moore no es de izquierda. Es un ciudadano demócrata (eso ya nos quedó muy claro en Fahrenheit 9/11) indignado con el conservadurismo hipócrita de los republicanos, pero nada más. Su discurso es pocas veces ideológico aunque si muchas veces crítico.
Pero todavía hay que decir más. Este paladín de la libertad de expresión a nivel mundial -que es en lo que parece haberse convertido- puede exponer sus trabajos y ganar premios criticando abiertamente al Gobierno, el Congreso y sus Instituciones. Eso no sucede con cualquier director, ni en cualquier lado. Baste mencionar el reciente caso de Luis Mandoki en México, cuando pudo más la censura para no permitir la difusión libre de las ideas y la crítica. (Véase “Mandoki denuncia bloqueo a su película sobre “fraude” electoral en México” por Kaligan en http://www.cinecinecine.com/?p=436 )
La película Sicko se estrena este 12 de octubre a nivel nacional en México. Se espera que sea un éxito en taquilla como lo han sido sus trabajos anteriores y seguramente que así será, porque es mentira que a la gente le guste ir al cine para no pensar. Todo lo contrario, siempre se aprecia y se agradece una propuesta creativa e inteligente orientada a generar conciencia en el gran público. A ver sin falta.
Moore tiene la enorme cualidad de poner el dedo en la llaga alrededor de las cuestiones más sensibles para la opinión pública norteamericana. Criticado por muchos por el estilo poco ortodoxo con que dirige sus argumentos, manipula a los entrevistados y se burla del sistema; la verdad es que más que restarle interés genera expectativa por conocer sus nuevos objetivos de ataque.
La razón por la que un trabajo aparentemente localista gana el interés de las audiencias internacionales parece deberse a dos cuestiones fundamentales: Primero, estamos acostumbrados a criticar el american way of life desde afuera. El que un hombre lo haga desde adentro y desde una posición que se considera afortunada -incluso para los propios ciudadanos norteamericanos- resulta sumamente interesante. Porque Moore vive y trabaja dentro una de las industrias que más dinero generan en E.U.A. La industria del entretenimiento –dentro de la cual se encuentra la cinematográfica- es la tercera en importancia para la economía norteamericana.
Segundo: a pesar de todo, Moore no representa una ideología antimperialista. Tradicional en las críticas al modelo estadounidense, es abrigarse de las mas radicales corrientes de izquierda antiyanquis, que todavía pueblan la tierra. Pero Moore no es de izquierda. Es un ciudadano demócrata (eso ya nos quedó muy claro en Fahrenheit 9/11) indignado con el conservadurismo hipócrita de los republicanos, pero nada más. Su discurso es pocas veces ideológico aunque si muchas veces crítico.
Pero todavía hay que decir más. Este paladín de la libertad de expresión a nivel mundial -que es en lo que parece haberse convertido- puede exponer sus trabajos y ganar premios criticando abiertamente al Gobierno, el Congreso y sus Instituciones. Eso no sucede con cualquier director, ni en cualquier lado. Baste mencionar el reciente caso de Luis Mandoki en México, cuando pudo más la censura para no permitir la difusión libre de las ideas y la crítica. (Véase “Mandoki denuncia bloqueo a su película sobre “fraude” electoral en México” por Kaligan en http://www.cinecinecine.com/?p=436 )
La película Sicko se estrena este 12 de octubre a nivel nacional en México. Se espera que sea un éxito en taquilla como lo han sido sus trabajos anteriores y seguramente que así será, porque es mentira que a la gente le guste ir al cine para no pensar. Todo lo contrario, siempre se aprecia y se agradece una propuesta creativa e inteligente orientada a generar conciencia en el gran público. A ver sin falta.
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