Blanca Nieves. Entre la virtud y la soberbia

Blanca Nieves es un cuento antiguo, una historia por todos y todas conocida, cuyo análisis freudiano para el público del Siglo XX la coloca en una discusión sobre la virginidad, la virtud y la pureza,  como única forma de salvación de los pecados capitales. El cuento es popular y conocido y quizás por ello llevado al cine en innumerables ocasiones. La primera y más famosa, es la versión de Disney en 1937, que inaugura la era de películas de animación del estudio. La película fija la imagen de la huérfana que se convierte en princesa – ese vestido azul y amarillo con mangas en vivos rojo y que se vende hasta la fecha para las fiestas de las niñas-  y prácticamente todos los clichés del género, incluido el “vivieron felices por siempre.”

En los años sesenta y ochenta se hicieron algunas versiones que no resultaron tan destacadas y pasaron con más pena que gloria. Sin embargo, es curioso que en el año pasado se hayan filmado tres versiones del cuento para la pantalla grande, ya que  antes de eso, existen cintas filmadas  sólo par su transmisión en televisión.  La primera de ellas es Espejito, Espejito (Mirror, Mirror ,T. Singh, 2012) estelarizada por Lily Collins y Julia Roberts.  Una cinta mala, en donde parece que la mitad del presupuesto se ocupó en el sueldo de Julia Roberts; la segunda es Blanca Nieves y el Cazador (Snow White and the Hunstman, R. Sanders, 2012) protagonizada por Kristen Stewart, Charlize Theron y Chris Hemsworth.  La cinta parece enmarcarse en esta corriente de dar nueva vida a los  cuentos clásicos con un toque gótico, pero termina siendo más famosa por el escándalo del amorío ente Stewart y Sanders que por la propuesta en sí.

La última es una propuesta de verdad novedosa, la gran ganadora de los premios Goya en su edición 2013. Blanca Nieves (P. Berger, 2013) estelarizada por Daniel Giménez Cacho y Maribel Verdú. Esta cinta se enmarca en esta nueva propuesta reflexiva del cine mirándose a sí mismo y contando su propia historia, en la que también se inscriben cintas como El Artista (M. Hazanavicius, 2012) y La Invención de Hugo Cabret (M.Scorsese 2011). Una adaptación interesante, con grandes actuaciones y fotografía, hace de esta película la mejor de las aquí comentadas. En esta adaptación, no sólo la imagen está en blanco y negro: las emociones humanas también carecen de claroscuros, por lo que resulta mucho más pasional que el tradicional cuento de hadas. El sacrificio por amor, también se expresa distinto con un final inesperado que cierra de manera perfecta la idea de que el amor no siempre triunfa, ni es el puerto seguro a donde llegar. Lástima que estuviera en su estreno  en pocas salas y compitiendo en taquilla con Eugenio Derbez, ya que sin duda está hecha para verse en la pantalla grande, dónde se disfruta enormemente.

Por otra parte, es claro que  el cuento se renueva en la historia no de la huerfána, sino en la elección de la actriz que hará el papel de madrastra, ya que todas ellas al final sostienen la historia y hacen del antagónico el personaje mejor construida de la historia.  Pero finalmente, solo cabe la pregunta ¿Con cuál Blanca Nieves te quedas tú? el espectador tiene – como siempre- la última palabra.