Happy Birthday, Antichrist Super Star!
Damián no es un niño humano…
The Omen
De ser cierto el asunto de que el anticristo debía nacer un día 6, del mes 6, del año 06, entonces este 6 de junio estaría cumpliendo un año.
La identificación del número 666 con la bestia, el demonio y el mal, acaso sea el asunto esotérico mejor conocido por la mayoría de la población del mundo occidental. No es gratuito, hay una larga tradición encargada de difundir – e interpretar- el libro más polémico de las sagradas escrituras: el Apocalipsis.
Y si bien es cierto que las discusiones acerca del verdadero significado de la venida de la bestia y el surgimiento del anticristo han ocupado la atención de los debates teológicos desde hace varios siglos, en la época contemporánea se suma la influencia interpretativa de los medios, que se ha dedicado al tema con tanto esmero, que hasta podría considerarse en sí mismo un subgénero dentro del terror cinematógrafico.
El exponente más famoso y mejor conocido es sin duda The Omen, una trilogía de películas que narran la infancia, adolescencia y adultez de Demian Thorn, quien es ni más ni menos, que el hijo del diablo en persona. Demian entiende siendo adolescente que es el anticristo, cuando descubre una marca de nacimiento en su cabeza con la famosa cifra 666. Las películas son hasta hoy consideradas de culto, por su fuerza narrativa y el terror psicológico con el que están construidas. Nunca vemos un diablo con cuernos, pero ¿como olvidar la mirada penetrante de Demian – siendo niño- en funeral de sus padres adoptivos? ¿O siendo adulto, personificado por Sam Neil y con la misma mirada capaz de matar?
Hay elementos de la trilogía que se volverán íconos para la cultura pop y lugares comunes para posteriores películas del género. Por ejemplo, el nombre Demian, que en inglés pareciera pronunciarse igual que Demon, (demonio) aunque su raíz etimológica es muy distinta. En los dibujos animados South Park y Mucha Lucha aparecen parodias de esta confusión. El personaje ha inspirado canciones para diversas bandas de heavy metal, incluso el reverendo Marilyn Manson grabó un tema con el rapero DMX haciendo alusión al tema.
La influencia no para ahí. Marvel Comics tiene una serie titulada Son of Satan donde el protagonista es Demian Hellstrom. Además el uso de cantos gregorianos para ambientar los actos perversos del anticristo, sería usado después como recurso dramático en otras películas del género.
El tema del nacimiento del anticristo será narrado en otras películas, pero resalta el tratamiento que especialmente se hace en El bebé de Rosemary de Roman Polansky, y en El día de la Bestia. La primera es anterior a la triología The Omen, y la segunda es una excelente parodia española de Alex de la Iglesia que retoma todos los lugares comunes del género para reírse de ellos abiertamente.
Alrededor de El bebé de Rosemary se tejen muchas historias acerca de su filmación, las cuales contribuyen a su leyenda. Se dice que Polansky recibió asesoría directa ni más ni menos que de Anton Szandor Lavey, sacerdote de la única iglesia dedicada al culto satánico reconocida en el mundo. De hecho Lavey aparece en la película momentáneamente durante la escena en que Rosemary es ofrecida al demonio para que engendre a su hijo. Parte de la película fue filmada en el edificio Dakota, lugar sobre el cual se dice pesa un maldición, que pareció cumplirse con el asesinato – varios años después- de John Lennon. Lavey tenía en aquel entonces como discípulo ni mas ni menos que a Charlie Manson, asesino intelectual confeso de la entonces esposa de Polansky, Sharon Tate. Charlie Manson merece todo un estudio acerca de cómo se convirtió en el loco más famoso y admirado de la cultura pop, pero baste con decir que alguna vez apareció en la corte con el 666 pintado en la frente.
La historia narra cómo una secta satánica prepara el nacimiento del anticristo, y cómo utiliza a una joven pareja para este fin. Polansky hace gala de magistrales recursos narrativos para lograr un thriller de suspenso y horror que parece sacado de una pesadilla. En uno de los finales más sorprendentes del cine, vemos a Mia Farrow seducida por el instinto maternal, meciendo la cuna negra de su diabólico hijo.
El día de la Bestia, explora caminos diferentes. Un párroco de iglesia parece descubrir la fecha exacta en que nacerá el anticristo. Sus intentos por impedirlo le llevarán a pedir la ayuda de un psíquico falso y un vendedor de una tienda de discos, adorador del heavy metal. Este trío, ya de por sí singular, tratará de evitar que el anticristo nazca, aunque en el camino se les atraviesa un banda de criminales, que curiosamente evitarán el evento sin saberlo. En una trama de complejos equívocos destaca la divertida lectura que hace Alex de la Iglesia acerca de la maldad y de lo absurdo que resultan los estereotipos cuando de la naturaleza humana se trata.
Pero, bueno si no fue Demian Thorn, Hitler, Nerón, el Papa o Bill Gates, ¿Dónde está el anticristo? Si ya nació y está cumpliendo un año…¿cómo lo estará festejando? Y si ya está aquí, ¿cómo es que parece que nada ha cambiado?
Por si las dudas, más vale felicitarlo. ¡Feliz Cumpleaños! Pide un deseo… ¡NO! Mejor no….
The Omen
De ser cierto el asunto de que el anticristo debía nacer un día 6, del mes 6, del año 06, entonces este 6 de junio estaría cumpliendo un año.
La identificación del número 666 con la bestia, el demonio y el mal, acaso sea el asunto esotérico mejor conocido por la mayoría de la población del mundo occidental. No es gratuito, hay una larga tradición encargada de difundir – e interpretar- el libro más polémico de las sagradas escrituras: el Apocalipsis.
Y si bien es cierto que las discusiones acerca del verdadero significado de la venida de la bestia y el surgimiento del anticristo han ocupado la atención de los debates teológicos desde hace varios siglos, en la época contemporánea se suma la influencia interpretativa de los medios, que se ha dedicado al tema con tanto esmero, que hasta podría considerarse en sí mismo un subgénero dentro del terror cinematógrafico.
El exponente más famoso y mejor conocido es sin duda The Omen, una trilogía de películas que narran la infancia, adolescencia y adultez de Demian Thorn, quien es ni más ni menos, que el hijo del diablo en persona. Demian entiende siendo adolescente que es el anticristo, cuando descubre una marca de nacimiento en su cabeza con la famosa cifra 666. Las películas son hasta hoy consideradas de culto, por su fuerza narrativa y el terror psicológico con el que están construidas. Nunca vemos un diablo con cuernos, pero ¿como olvidar la mirada penetrante de Demian – siendo niño- en funeral de sus padres adoptivos? ¿O siendo adulto, personificado por Sam Neil y con la misma mirada capaz de matar?
Hay elementos de la trilogía que se volverán íconos para la cultura pop y lugares comunes para posteriores películas del género. Por ejemplo, el nombre Demian, que en inglés pareciera pronunciarse igual que Demon, (demonio) aunque su raíz etimológica es muy distinta. En los dibujos animados South Park y Mucha Lucha aparecen parodias de esta confusión. El personaje ha inspirado canciones para diversas bandas de heavy metal, incluso el reverendo Marilyn Manson grabó un tema con el rapero DMX haciendo alusión al tema.
La influencia no para ahí. Marvel Comics tiene una serie titulada Son of Satan donde el protagonista es Demian Hellstrom. Además el uso de cantos gregorianos para ambientar los actos perversos del anticristo, sería usado después como recurso dramático en otras películas del género.
El tema del nacimiento del anticristo será narrado en otras películas, pero resalta el tratamiento que especialmente se hace en El bebé de Rosemary de Roman Polansky, y en El día de la Bestia. La primera es anterior a la triología The Omen, y la segunda es una excelente parodia española de Alex de la Iglesia que retoma todos los lugares comunes del género para reírse de ellos abiertamente.
Alrededor de El bebé de Rosemary se tejen muchas historias acerca de su filmación, las cuales contribuyen a su leyenda. Se dice que Polansky recibió asesoría directa ni más ni menos que de Anton Szandor Lavey, sacerdote de la única iglesia dedicada al culto satánico reconocida en el mundo. De hecho Lavey aparece en la película momentáneamente durante la escena en que Rosemary es ofrecida al demonio para que engendre a su hijo. Parte de la película fue filmada en el edificio Dakota, lugar sobre el cual se dice pesa un maldición, que pareció cumplirse con el asesinato – varios años después- de John Lennon. Lavey tenía en aquel entonces como discípulo ni mas ni menos que a Charlie Manson, asesino intelectual confeso de la entonces esposa de Polansky, Sharon Tate. Charlie Manson merece todo un estudio acerca de cómo se convirtió en el loco más famoso y admirado de la cultura pop, pero baste con decir que alguna vez apareció en la corte con el 666 pintado en la frente.
La historia narra cómo una secta satánica prepara el nacimiento del anticristo, y cómo utiliza a una joven pareja para este fin. Polansky hace gala de magistrales recursos narrativos para lograr un thriller de suspenso y horror que parece sacado de una pesadilla. En uno de los finales más sorprendentes del cine, vemos a Mia Farrow seducida por el instinto maternal, meciendo la cuna negra de su diabólico hijo.
El día de la Bestia, explora caminos diferentes. Un párroco de iglesia parece descubrir la fecha exacta en que nacerá el anticristo. Sus intentos por impedirlo le llevarán a pedir la ayuda de un psíquico falso y un vendedor de una tienda de discos, adorador del heavy metal. Este trío, ya de por sí singular, tratará de evitar que el anticristo nazca, aunque en el camino se les atraviesa un banda de criminales, que curiosamente evitarán el evento sin saberlo. En una trama de complejos equívocos destaca la divertida lectura que hace Alex de la Iglesia acerca de la maldad y de lo absurdo que resultan los estereotipos cuando de la naturaleza humana se trata.
Pero, bueno si no fue Demian Thorn, Hitler, Nerón, el Papa o Bill Gates, ¿Dónde está el anticristo? Si ya nació y está cumpliendo un año…¿cómo lo estará festejando? Y si ya está aquí, ¿cómo es que parece que nada ha cambiado?
Por si las dudas, más vale felicitarlo. ¡Feliz Cumpleaños! Pide un deseo… ¡NO! Mejor no….
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