Ver el mundo desde el lado oscuro. En defensa de los "darks"




Es en la oscuridad que se hace evidente la luz.



La vida es una experiencia tan abrumadora que genera diferentes posturas hacia ella, algunas de ellas  terminan siendo filosofías de vida, patrones de conducta e incluso íconos de la cultura popular.

Una de esas formas peculiares de acercarse a la experiencia de vida, es la forma oscura, que da origen a la cultura dark y a un sinnúmero de expresiones orientadas a encontrarle el lado siniestro a la realidad cotidiana. En este tenor existen innumerables formas de expresión en el arte, la literatura, el cine y prácticamente en todas las actividades del quehacer humano.

Pero… ¿la visión oscura es sinónimo de pesimismo? No necesariamente. Ver al mundo y a uno mismo desde el otro lado de la moneda supone un enorme ejercicio de autoreconocimiento. Todas las cosas entre el cielo y la tierra tienen las dos caras. Aceptar que tenemos un lado no luminoso es aceptar que nuestra realidad es ambivalente y que nuestros conflictos internos -por muy perturbadores que sean- también forman parte de lo que somos.

Tampoco es sinónimo de maldad o perversión. La verdad de las cosas es que el estar vivo supone miedo a la muerte, al sufrimiento, a la calamidad y a la enfermedad, y ese miedo se transforma en un profundo respeto al lado menos amable de la existencia. Existen otros caminos espirituales, pero éste en particular se nutre de lo más deprimente de la experiencia, lo que hace que el ser humano se cuestione el origen de todo lo que existe y piense en lo básico: la dualidad entre el bien y el mal.

Otra creencia común al respecto de la visión oscura, es que glorifica las tendencias suicidas y el culto a la muerte. La curiosidad humana por saber que es lo que pasa después de morir es una constante en todas las formas pensamiento humano. Es una ansiedad que nos domina como especie. Por tanto no es extraño que haya corrientes de pensamiento y filosofía que partan de la única seguridad que tenemos al nacer: la de saber que somos frágiles y mortales. ¿La curiosidad puede ser tan fuerte como para decidir morir? Muchos ya han contestado esta pregunta, y no por mera curiosidad. Otros están seguros que este espacio es de aprendizaje para llegar mejor preparados a la hora de la muerte…

Y finalmente, el rey de los prejuicios alrededor de los darketos: ¿son satanistas? No, si pensamos en el diablo desde la perspectiva religiosa institucionalizada. El diablo y la idea del mal varían de acuerdo al contexto cultural que los anima. Y de hecho, la idea de que en una sola entidad se aglutine la causa de todos los males, es propia de la religión monoteísta y occidental. El culto al diablo corre por otra vía. La única iglesia satanista reconocida como tal en el mundo, es la de Anton la Vey, y la verdad es que un vistazo a la Biblia Satánica que rige sus principios, es suficiente para darse cuenta que se trata más de un culto al placer y a la experiencia de vida sin restricciones morales, que a una visión alternativa por el lado oscuro de la existencia. Eso sin contar que es un buen negocio – en su página de Internet cobran 12 dólares por afiliación y tarifas diferentes para recibir a vuelta de correo los libros que hay que leer para ser parte de la Iglesia de Satán-.

En síntesis, ni pesimistas incurables, aves de mal agüero, suicidas, perversos, ni satanistas. Diferentes… eso sí. Tan diferentes que dan miedo… eso también. Pero… ¿que no empezamos diciendo que la vida misma es una experiencia perturbadora?

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