La momia. De Karloff a Fraser pasando por Guanajuato
La Momia, junto con Drácula, Frankenstein, y el Hombre Lobo, es en uno de los clásicos personajes para elegir un disfraz en Halloween. El origen de estos íconos del cine de horror, data de la época dorada de este género en Hollywood.
El año de 1931 fue crucial para las dos grandes figuras del cine de horror estadounidense. En ese año se filma Drácula con Bela Lugosi en el rol estelar del vampiro y dirigida por Tod Browning. El éxito de la cinta lleva a los Estudios Universal a proponerle a Lugosi otro estelar en su nueva cinta: El Dr. Frankenstein. Lugosi se niega: no quería usar máscara y además le desagradaba emitir solo gruñidos y no tener diálogos. El papel fue finalmente aceptado por Boris Karloff, un actor británico que bajo la dirección de James Whale alcanzó la fama mundial con este filme.
A partir de ahí, le ofrecieron películas en diferentes personajes tétricos, al igual que a Lugosi, lo que hizo crecer la rivalidad entre los dos actores. Al año siguiente del enorme de éxito de Drácula y Frankenstein, los estudios Universal no tardarían en ofrecerle a Karloff uno de sus papeles más importantes: The Mummy (La Momia) que dirigida por Karl Freund pasaría a la historia como uno de sus trabajos más importantes y recordados.
La Momia contaba la historia de unos arqueólogos que resucitaban a la momia de Imhotep (protagonizado por Karloff) quien había sido condenado a muerte hace 3700 años. El personaje resulta ser un condenado a muerte que había tratado de resucitar a su amada- una Vestal- mediante un conjuro. Una vez vuelto a la vida buscará vengarse y reencontrarse con su amada, a quien confunde con el personaje interpretado por Zita Johann.
La cinta explotaba una antigua creencia popular acerca de la maldición que rodea a las Momias de los faraones del milenario Egipto. Cuenta la leyenda, que en 1922 una expedición comandada por el británico Howard Carter encontró el sarcófago de Tutankamon, el Faraón Niño. Esa misma noche, hubo un apagón generalizado en el Cairo y en los días siguientes murieron varios miembros de la expedición.
En 1959, la película se rehace en su versión inglesa, bajo el titulo de Terror of the Mummy en Inglaterra y The Mummy en USA. Hammer Films logra un acuerdo con los Estudios Universal para filmar la historia que también contaría con la actuación de dos grandes del género: Peter Cushing como el antropólogo y Christopher Lee en el papel de La Momia, que se llama Kharis en esta cinta.
Las momias y sus leyendas se inscriben en asuntos que van más allá de las creencias religiosas. Tocan algunas de las inquietudes más antiguas de la humanidad: el más allá, la vida después de la muerte, el deseo de alcanzar la inmortalidad. No es extraño que las creencias populares asociaran el turbar la tranquilidad de los muertos con una terrible maldición: la muerte, que siempre ha sido un asunto sagrado. Culturalmente los funerales y los ritos asociados a ellos han sido construidos alrededor de creencias profundas y complejas. No en vano las antiguas civilizaciones dedicaron grandes obras arquitectónicas, ornamentos y prácticas rituales específicas al asunto de los funerales, especialmente a los de aquellas personalidades relevantes en la política o la religión.
Hoy sabemos que la pretendida maldición en realidad no existe y que las muertes de algunos de los miembros de la expedición se debe a la aspiración de tóxicos que estuvieron encerrados en las cámaras funerarias durante siglos. Es de resaltar que el jefe de la expedición, Howard Carter, murió en 1939 a la edad de 66 años y no a causa de razones extrañas o misteriosas.
Pero la construcción de la momia como un ser terrorífico no solamente cruza por las culturas ancestrales y las maldiciones de sacerdotes y dioses paganos. En México, donde los ritos funerarios también fueron un elemento relevante para las culturas precolombinas, las momias de Guanajuato se volvieron en enemigos sobrenaturales del Santo, el Enmascarado de Plata, que las colocaba al nivel de los hombres lobo, las mujeres vampiro y los alienígenas. Todos ellos eran elementos del cine de terror hollywoodense por aquellas épocas, que encuentran en las cintas de luchadores su mejor grado de adaptación al ambiente mexicano.
Las momias contra las que lucha el Santo eran un híbrido entre las momias egipcias al estilo Hollywoodense y los zombies o muertos vivientes. La historia muestra como un luchador llamado Satán (pues si no, ¿cómo?) perdió su titulo con un antepasado del Santo. Jura vengarse y para ello vuelve a la vida acompañado de las momias guanajuatenses contra quienes el Santo deberá medirse. Una de las clásicas del género de luchadores en México, Santo contra las momias de Guanajuato se filma en 1970, dirigida por Federico Curiel. Hay que decir que las Momias de Gunajuato solo comparten con las egipicias su actual condición de atractivo turístico. Las de Guanajuato son cuerpos conservados de manera natural, debido a los minerales que tiene la tierra donde fueron encerrados. No había ritos o procedimientos funerarios de embalsamamiento que justifiquen su milagrosa conservación.
Hace algunos años andaba en Montreal y me tocó asistir a un festival de cine de ciencia ficción y terror. Una de las funciones de gala era precisamente esta película. Y la cola para entrar daba vueltas al cine como si se tratara de un gran estreno, además había muchos enmascarados canadienses que habían pagado cerca de 70 dólares por sus máscaras en Internet (Los chinos ya deben haber acaparado el negocio) . Fue entonces que entendí la importancia de esta cinta y la trascendencia del género de luchadores a nivel internacional.
Pero la Momia finalmente resucitaría también para volver a ser un gran éxito de taquilla. En 1999 los Estudios Universal deciden hacer un remake del famoso éxito de la década de los años 30. Sin embargo, la nueva producción no era fiel a la propuesta original. Para empezar la película deja de pertenecer al género de terror y se inscribe más en el de la acción y aventura. En esta nueva propuesta el énfasis no está puesto en la Momia misma, sino en el arqueólogo que deberá impedir que vuelva a la vida para llevar a cabo su venganza. Este papel recae con bastante acertado buen juicio, en Brendan Fraser que logra hacer un trabajo al estilo de Indiana Jones imprimiéndole un sello propio y un estilo personal. Eso además de efectos especiales buenos y una historia adecuadamente balanceada en el romance, la acción y la sorpresa, llevaron a los estudios a filmar una segunda parte y una película lateral: El Rey Escorpión. Esta cinta permite explotar uno de los personajes de la segunda entrega, que interpretado por el ex luchador The Rock, logra una buena entrada de taquilla.
Universal realiza finalmente una tercera entrega, que confirma su clasificación más en el género de acción y aventura que de terror. Además en esta ocasión no se ambienta en el ancestral Egipto sino en la milenaria China. Para esto se cuenta con la actuación estelar de Jet Li, que será con quien se mida ahora Brendan Fraser. Rachel Wiesz no participa en la cinta, aparentemente por no estar de acuerdo en el guión. ( ahora resulta!)
La Momia confirma que a pesar de todas sus trasnformaciones, por lo menos en el cine cumplió su anhelo de inmortalidad. Después de todo ¿quién no querría vivir para siempre? ¿regresar, cobrar venganza?... quizás sea cierto que nuestras obsesiones en la vida, nos acompañan mucho después de la muerte.
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