Luna Nueva. La Novela

Luna Nueva
Luna Nueva

Advertencia: Esta es una reseña literaria. Incluye una sinopsis del contenido del libro.

Luna Nueva es el segundo libro de la denominada Saga “Crepúsculo”. Y es que de “saga” – en el sentido estricto del término- tiene muy poco. En realidad, conforme uno va avanzando en la historia y en las lecturas, cada vez es más evidente que se trata de una novela contada en cuatro partes.

Y también que ni siquiera se trata de una novela con tintes góticos. Creo que con esa finta nos fuimos todos los que empezamos a leerlas. Particularmente en esta entrega el asunto vampírico se diluye un poco para presentarnos al personaje que completa el triángulo amoroso: el licántropo Jake. Y ya para estas alturas uno sigue leyendo porque ya le intrigó el chisme, aún y cuando se haya llevado severas decepciones en el camino.

Para esta entrega, Stephenie Meyer empieza planteando dos serios obstáculos para que el amor de Bella y Edward se realice: El asunto de la inmortalidad – Bella envejecerá y Cullen no- y que el sacrificio que hace Edward para no morderla no es extensivo a toda la familia y por supuesto a los de su especie. Edward asume que la pone en un peligro constante y decide separarse de ella, dejándola sumida en una profunda depresión.

Hasta aquí, Meyer parece querer sentar la complejidad de este amor: seres distintos que pertenecen a realidades distintas. Y la verdad es que el asunto de que uno es vampiro y la otra humana no parece ser algo tan serio; el romance obedece a patrones propios de las relaciones adolescentes clásicas: idealizar al ser amado, pasar las noches implorando su regreso, pensar que sin él la vida no vale nada. Algo de enfermizo tiene, sin duda, pero el asunto gusta tanto que está presente en muchas telenovelas.

La cosa en que en este panorama, Bella busca refugio en la amistad de Jacob (Jake para los cuates) un amigo de la infancia un poco menor que ella. Lo que parece ser un recurso para salir de la depresión se convierte en algo mucho más importante. Jacob también tiene un secreto: es un joven que está a punto de transformarse en licántropo como corresponde a su linaje.

Y la cosa no pasaría de un “salir de Guatemala para entrar a guatepeor” si no fuera porque además – según Meyer- los vampiros y los licántropos son enemigos ancestrales. Hay un pacto que permite a los Cullen vivir en Forks ya que no atacan a los humanos. Si los licántropos se enteran que mordieron a alguien en su territorio, el pacto se rompe y empieza la guerra.

Hasta aquí el asunto se adereza con la amenaza de que Victoria se vengue de Bella, con que el papá de Bella no quiere ver al vampiro ni en pintura, pero ve con buen ojos que ande con el hombre lobo – claro, el no sabe la verdadera naturaleza de ambos pretendientes.

El asunto es que uno se queda con la sensación de que este rollo – que lo acabo de hiperesumir pero que en realidad se cuenta en más de 600 cuartillas- está narrado con poco oficio literario y en realidad aporta muy pocos elementos a la continuidad de la historia.

Meyer no llega a convencernos del todo de que la locura de amor sea un asunto que merezca tanto detalle y descripción. Desespera un poco que pasen las páginas y la chava siga deprimida, y más deprimida, y quiera matarse… y ya vamos por las cuatrocientas cuartillas… y de vampiros y hombres lobo nos explican cada vez menos.

La cosa acaba resolviéndose hacia la última tercera parte del libro. Y la información con que cierra es suficiente para saber que romance de Cullen con Bella sigue y se volverá más complicado. Nos quedamos con las dudas del principio referentes a la inmortalidad y a los peligros que Bella corre. Ahora hay vampiros persiguiendo a Bella, otros esperando a que la conviertan y hombres lobo esperando lo mismo, para que la guerra se desate.

Se da escasa continuidad a la historia, pero deja sentadas las bases para la tercera entrega. Se confirma que esta es una historia ligera, romántica y pensada en un público poco exigente. No es una joya literaria, aunque hay que reconocer que tiene la suficiente imaginación como para mantenernos interesados. Así que en cuanto termine de leer Eclipse subiré la reseña.

Ahora, lo interesante será evaluar la adaptación cinematográfica, el esfuerzo de síntesis que se hace para contar todo en dos horas, así como las decisiones del director para incluir detalles importantes. Pero por lo pronto antes de la cinematógrafica, avanzamos con la critica literaria.

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