Historias de fantasmas. Cuando ya es demasiado tarde para seguir siendo neurótico.
Los
fantasmas representan - sobre todo- nuestra inagotable curiosidad por la
muerte. Alimentados por las preguntas que los seres humanos nos hemos hecho
durante siglos, los espíritus y apariciones personifican nuestra esperanza de
que haya para nosotros una segunda
oportunidad.
Y es
que ligado a nuestro ego y natural condición humana, los mortales queremos
saber si nuestros caprichos sobrevivirán a nuestra propia existencia. Todas las
historias de fantasmas tienen el trasfondo de nuestras obsesiones mortales:
cuidar dinero, vengar algún agravio, sufrir por un dolor eterno, pagar nuestros
errores con la condena eterna. Son los fantasmas almas atormentadas, ánimas
vengativas y dolientes, un frio recordatorio de que los errores se pagan con
castigos eternos y sobrenaturales. Aunque a decir verdad, parece que ya es un
poco tarde para ser neurótico y el asunto de las almas atormentadas vuelve a
llegar a un callejón sin salida: ¿qué es lo que de verdad pasa cuando uno
muere?
Pero
el tema es tan universal que traspasa fronteras y cosmovisiones locales. Una
muestra de ello es el lugar que ocupa cinematográficamente. Los relatos que
cuentan las historias entre los vivos y los muertos llevadas a la pantalla son
muchas y muy variadas, pero definitivamente todos recordamos una o varias que,
o nos han asustado mucho, o nos han hecho reflexionar sobre el tema de la vida
después de la muerte.
Para
la generación ochentera está sin duda el referente de Poltergeist, (S. Spielberg, 1982) donde los fantasmas se valen de una pequeña
niña para poder cruzar al más allá. Spielberg logra transmitir el terror de una
familia por enfrentarse con algo que no entiende, lo cual termina por ser tan
bien transmitido, que generó pesadillas en muchos de los espectadores por algún
tiempo.
El
efecto comparable a Poltergeist para
un par de generaciones posteriores, es sin duda El sexto sentido, (The sixth sense, M.Night Shyamalan)
donde también es un niño el contacto entre vivos y muertos. El final
absolutamente inesperado y la vocecilla trémula de Harvey Lee Osment diciendo: I see dead people, hacen de esta
película un clásico contemporáneo.
Entre
las que abordan el deseo de la inmortalidad desde un oscuro punto de vista,
podemos rescatar Cementerio de mascotas (Pet
Sematary, M. Lambert, 1999), basada en un relato de Stephen King, quien ha
explorado de muchas formas nuestra relación con lo sobrenatural. Pet Sematary destaca porque lleva
implícita una aterradora sentencia: cuando se cruza el umbral entre la vida y
la muerte nunca se regresa de la misma manera, desafiar a la muerte implica aterradoras
consecuencias.
Ese
asunto de no saber cuando se ha traspasado el umbral, se explora de una manera
extraordinaria y diferente en Los otros
(A. Amenábar, 2001). Una historia oscura en su narración y en el ambiente
físico en que se desarrolla, resulta toda una innovación para el género. Hasta
el final entiendes que el miedo a la luz no es asunto meramente metafórico y
que está ligado a otra forma de explicar la tragedia del encierro y la locura.
Por el lado de los espíritus de la venganza
desde el más allá, hay muchas, aunque una de mis favoritas es sin duda el
Espinazo de Diablo, coproducción de México y España y dirigida por Guillermo
del Toro (2002). Hay cosas que no se perdonan, ni en este mundo ni en el otro,
como lo es el asesinato de un niño. Pero además de eso, la cinta apunta una verdad que pocas veces reconocemos:
hay almas atormentadas en los dos lados de la existencia.
Ya en
tiempos recientes, merece una mención especial La dama de Negro (The Woman in
Black, (J. Watkins, 2012). Si alguien quisiera explicar en una sola
cinta cuáles son los recursos más utilizados en el cine de terror gótico, esta
película es un enorme recurso didáctico. Es de resaltar sin embargo, que a
pesar de que están todos los clichés del género presentes, ello no obsta para
sorprender al espectador, y lo mejor de todo, lograr que se lleve un par de
buenos sustos, no olvidemos que se paga un boleto para ver una cinta de terror,
esperando ser asustado. Y en este sentido, se puede decir que la cinta cumple
de manera sobresaliente.
El
caso es que en todas las historias de fantasmas hay una profunda enseñanza
moral, que va mas allá de la sentencia explicita de "pórtate bien."
Todos los tormentos tienen su origen en cuestiones terrenales que no han podido
superarse. Es decir pues, que el sufrimiento se genera por cuestiones como: la
avaricia, el desamor, la venganza, el odio. Y en este reconocimiento, hay que
decir que hay quien vive como alma atormentada sin haberse muerto todavía.
Lleva sus fantasmas tan dentro que los confunde con los de afuera, siendo en
realidad el origen inconsciente de sus propios miedos.
Es
así que para todos tarde o temprano, llega el momento de preguntarse: ¿cuáles
son los fantasmas que te acompañan siempre?¿tú identificas con claridad a los
tuyos?
Comentarios