El juicio del mono
Quién desordena su casa, hereda viento. El insensato será esclavo del sabio.En 1925, John Scopes un maestro de escuela secundaria en el Estado de Tenesse es llevado a juicio por enseñar a sus alumnos la teoría de la evolución de Charles Darwin. El llamado “Juicio del mono” resultó todo un espectáculo del eterno conflicto entre ciencia y religión en pleno Siglo XX. Pero a Scopes –afortunadamente- le fue mejor que a Giordano Bruno, Galileo Galilei y a las llamadas brujas de la edad media. La cosa se arregla con una multa, aunque no puede volver a dar clases en el colegio donde trabajaba.
Proverbios 11-29
La teoría de Darwin se enseñó – después de este episodio- en todas las escuelas y se derogó la Ley que prohibía la enseñanza de otra explicación sobre el origen del hombre que no fuera el creacionismo.
El cine se ya ocupó alguna vez del asunto, en las películas “Heredarás el viento” (Inherit the wind) del cual se han hecho dos versiones. La más famosa es la de 1960, dirigida por Stanley Kramer basada en la obra teatral escrita por Robert Edwin Lee y Jerome Lawrence. Actuaban Matthew Harrison Brady, Henry Drummond, Bertram Cates y E. K. Hornbeck. Esta película fue el primer filme proyectado en una cabina de avión en vuelo internacional. (Un vuelo transoceánico de TWA). El título está inspirado en el proverbio bíblico que se cita al principio del post.
El guión es impecable, con momentos memorables que además son toda una clase de lógica y pensamiento crítico. Los discursos del abogado defensor son para levantarse del asiento para aplaudir. Incluso Carl Sagan el divulgador científico de nuestro tiempo, la recomendaba frecuentemente en sus libros.
En cable se programa frecuentemente la versión de 1999 dirigida por Daniel Petrie y con las actuaciones de George C. Scott, Jack Lemmon y Beau Bridges. Esta versión ya es en color, pero retoma muchos aspectos del guión original y sigue siendo una buena opción para aprender más sobre el tema.
Sin embargo pasó el tiempo, se abandonó el creacionismo para dar paso a una nueva teoría: el diseño inteligente. La teoría asume que el origen de la vida está en el diseño de una molécula capaz de ser autónoma y reproducirse a sí misma: El ADN. La teoría sólo deja de responder científicamente una cosa: el nombre del diseñador. Si el diseño no fue espontáneo, ni fruto de la evolución, fue creado por un ser supremo, inteligente y sabio. ¿Quién como Dios?
El caso es que hoy al iniciar el siglo XXI, estamos a punto de ver un nuevo juicio del mono en su versión reloaded. Sectores religiosos conservadores y radicales piensan impulsar una reforma para que en las escuelas se enseñe tanto la teoría de Darwin como la del diseño inteligente y dejar que los niños decidan con cual se quedan. ¿Increíble no?. Por lo pronto en el estado de Kansas, El Consejo de Educación aprobó cuatro nuevas normas para la enseñanza de la ciencia, que ponen en duda la teoría de la evolución. También en tribunales fue ventilado el caso de una escuela en Dover Pennsilvania, donde la junta directiva obligaba a los maestros a solo enseñar la teoría del diseño inteligente. El curso a la demanda presentada por los padres de familia, terminó después de seis semanas, cuando un juez federal estableció que el diseño inteligente no es una teoría científica y por tanto no puede ser enseñada en escuelas que se rigen bajo el principio del Estado laico.
Este presunto revés no ha impedido que la teoría cobre cada vez más fuerza, a pesar de la alerta que ha cundido entre las diferentes comunidades científicas norteamericanas para embatir el ataque. Este quizás siga siendo el debate más frontal entre ciencia y religión de nuestro tiempo, y puede que sea a nuestra generación a la que le toque dictar el fallo definitivo. ¿Estaremos preparados?
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