Los siete niveles
“Cualquier teoría es siempre provisional” Stephen Hawking.
¿Qué podrán tener en común Howard Phillips Lovecraft y Hannibal Lecter?. Aparentemente nada: Uno es escritor, el otro es psiquiatra y médico. Uno siempre vivió solo, casi en aislamiento, al otro le gusta la buena vida. Uno es tranquilo y reservado, el otro mata gente y en venganza la devora. Uno existió y el otro nunca. Y si creen que aquí se acaba la discusión, están muy equivocados.
Hay una teoría (de ésas que les gustan a los sociólogos gringos) que establece que si revisamos las relaciones que tenemos, en siete niveles resulta que todos terminamos por estar conectados. ¿Eso aplica para encontrar la relación entre Lovecraft y Hannibal Lecter? Solamente hay una manera de comprobarlo; y como los argumentos se exponen siempre desde el principio, empezaremos con Howard Phillips Lovecraft.
Lovecraft es considerado como uno de los más grandes escritores de literatura de horror, inaugurando incluso una nueva categoría, que todavía no queda claro si es horror cósmico, ciencia ficción o una mezcla de los dos. Para sus historias Lovecraft inventó toda una mitología nueva, con sus respectivos rituales y culto, dentro de los cuales se asumía como el Sumo Sacerdote: el siniestro Ech Pi El.
H.P. Lovecraft vivía en la realidad una existencia tan atormentada como muchos de los personajes de sus historias. De niño débil y enfermizo, y de adulto solitario y excéntrico; vivió por muchos años solo con una madre controladora, neurótica y posesiva. Aunque se casó, el matrimonio no duró mucho. Los únicos amigos que tenía eran otros escritores con los que mantenía correspondencia. El llamado Círculo de Lovecraft estaba compuesto por jóvenes escritores que seducidos por su arte, discutían epistolarmente asuntos relacionados con los mitos. Algunos llegaron a conocerle personalmente, pero la riqueza de estos intercambios están en las cartas mismas, que sus corresponsales describen como llenas de ingenio, fantasía, cultura y ¡hasta buen humor!. Cosa difícil de creer hablando de un hombre del cual se dice vivía casi en completo aislamiento, era ateo y odiaba la luz del día.
Lovecraft, quizás en agradecimiento los incluyó con seudónimos en muchos de sus cuentos. Así tenemos que Frank Belknap Long se convirtió en Belknapius, August Derleth en El conde d’rlétte y Robert Bloch en Bho Blok.
Robert Bloch, miembro del Círculo de Lovecraft, también se convirtió en escritor de historias de horror. Autor de novelas y cuentos, su trabajo más famoso es Psicosis, novela que sería llevada al cine por Alfred Hitchckock. Y aquí hay que decir que la versión cinematográfica mejora considerablemente el relato escrito.
La historia versa sobre la enfermiza relación de un hijo con su madre –mujer controladora, neurótica y posesiva, ¿les suena?- que lo lleva al desequilibrio total al grado de desarrollar doble personalidad e instinto asesino. Norma y Norman Bates son acaso el mejor ejemplo del complejo de Edipo llevado al extremo.
Bloch asegura que el personaje de Norman no está inspirado en su amigo y mentor Lovecraft. Pero quizás solo por mera coincidencia, el hecho es que comparten muchos rasgos comunes. Incluso la personificación de Bates a cargo de Anthony Perkins nos hace asociar su imagen con la de Lovecraft. aunque eso no se deba a una decisión de Bloch sino de Hitchckok, que es quién elige a Perkins para el papel. El caso es que el parecido físico entre ambos es más que evidente: se trata de alguien alto, delgado, desgarbado, tímido y huidizo, con un aire desamparado y melancólico.
Pero Bloch insiste en que su fuente de inspiración para construir el personaje de Norman Bates es otro asesino famoso: Ed Gein, mejor conocido como el carnicero de Plainfield. El de Gein es el caso de quién se hace famoso por su brutalidad. En los anales de la criminología hay todo un capítulo dedicado a sus crímenes como asesino serial y sicópata despiadado. Ed Gein conmocionó a la opinión pública con crímenes donde secuestraba y mataba mujeres, las despellejaba aparentemente para quitarles la piel misma que usaba para decorar lámparas y asientos de sillas de su casa, mangos de cuchillos, máscaras. El objetivo era lograr la ilusión de confeccionarse un vestido para sentirse mujer, ya que deseaba cambiar de sexo.
Pero el perfil entre Norman Bates y Ed Gein no parece coincidir mucho. Bates no es meticuloso en sus crímenes y de hecho mata sólo cuando se siente amenazado, pero no selecciona ni caza a sus víctimas del modo en que Gumb lo hacía. Es verdad que se viste de mujer, pero no desea serlo en realidad ya que siente deseo sexual por las mujeres.
Un mejor retrato de Gein lo encontramos muchos años después en otro clásico del cine: El silencio de los Inocentes. Basada en la novela de Thomas Harris, Gein cobra vida en la figura de James Gumb o Búfalo Bill. Harris siempre ha sostenido que sus novelas están inspiradas en buena medida en los casos que le tocaba conocer como escritor de la nota roja. Así conoció la historia de Gein que decidió incluir en su segunda novela donde aparecía otro personaje, hoy también siniestro y famoso: Hannibal Lecter.
Pero Lecter era completamente ficticio. Si se volvió tan famoso se debe más que nada a la personificación que de él hace Anthony Hopkins. Al grado que de ser una figura de soporte se convierte en la figura central de las historias de Harris a partir de la tercera novela y solamente después de que se realizan las películas.
La relación entre Hannibal y Lovecraft parece que existe por lo menos en cadena de relaciones y asociación de ideas. Quizás demasiada imaginación y coincidencia, pero el caso que los siete niveles de relación entre uno y otro quedarían así:
1.-H.P. Lovecraft escritor y amigo de
2.-Robert Bloch quien escribe Psicosis, novela llevada al cine por
3.-Alfred Hitchcock que escoge a Anthony Perkins para el personaje de
4.- Norman Bates que se dice inspirado en
5.-Ed Gein que se dice también inspira a
6.-Thomas Harris para escribir un personaje para El silencio de los corderos donde un personaje secundario creado en una novela anterior es:
7.- Hannibal Lecter
¿Qué opinan? ¿Será que lo de los siete niveles es cierto?¿Qué tal hacer el experimento con la gente que nos rodea? Los resultados quizás podrían llegar a ser – como en este caso- sorprendentes.
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