Dulces Sueños, mamá. ¿Y si no fueras mi madre?
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Dir: Severin
Fiala, Veronika Franz
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Reparto: Susanne Wuest,
Elias Schwarz, Lukas Schwarz
El terror europeo es casi siempre sobrio, intimista, oscuramente reflexivo. Esta cinta recoge lo mejor de esta tradición, llevando a niveles verdaderamente perturbadores para el espectador una crónica de encierro, temor profundo y violencia que raya en lo brutal, a partir de una premisa casi inocente.
La historia se centra en un par
de gemelos que viven con su madre en una alejada cabaña en medio del bosque. Su
madre ha regresado de una cirugía que le mantiene la cara vendada con un
aspecto poco más que siniestro. Pero no es el rostro de su madre lo
perturbador, sino los cambios en su actitud hacia ellos, los que los hacen
sospechar que en realidad no es su madre.
Lo que sigue, es un thriller de
intriga y sospechas que va subiendo de todo hasta niveles verdaderamente
terroríficos para el espectador. No es un juego de niños en sí mismo, ni una
historia de fantasmas. Es una extraña mezcla de las dos cosas que busca
hacernos reflexionar sobre el origen oscuro de los demonios primigenios que
todos llevamos dentro.
La cinta recuerda a ratos otras
películas, como Juegos Perversos (Funny
Games, M.Hanneke, 2007) o Historia de dos hermanas (A Tale for two sisters, Kim Ji Woon, 2003) pero de cualquier forma,
esta historia tiene sutiles giros de tuerca que llevan la trama a un punto en
donde se entiende que no hay modo de que una historia como ésta acabe bien. Y sin embargo, ello no
quiere decir que algo te prepare para el final, y que no puedas quitar los ojos
de la pantalla.
La cinta entra con todo derecho
al selecto círculo de cine de culto, es distinta a lo que la industria
últimamente nos ha mostrado en el género de terror y tiene un estilo particular. Logra además algo
a lo que toda película de terror que se respete aspiraría: ir subiendo la tensión
a un punto insoportable con un cierre claro y contundente que no obstante deja
espacio para la propia interpretación.
Preguntas como la naturaleza del
mal, la posesión, los apegos y obsesiones son las extrañas premisas de una
cinta que tiene lo necesario para efectivamente no dejarte dormir, como dice la
publicidad. Ningún fan del terror debería perdérsela, a pesar de que parece
haber sido mal comprendida. Así pasa a veces
con lo innovador.
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