Intensa-mente. El placer de estar triste.
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Dir. Pete Docter, Ronnie Del Carmen
·
Reparto
(voces): Amy Poheler, Phyllis Smith, Bill Halder, Lewis Black. Mindy Kalling.
Un verano sin algo nuevo de Pixar
no es verano, por lo cual esta cinta se perfilaba como uno estrenos más
esperados, una especie de tradición para las y los espectadores de todas las
edades. La doceava cinta de esta casa productora, famosa por haber
revolucionado el mundo de la animación hace ya más poco más de 2 décadas,
ofrece esta cinta, que definitivamente no se contará entre lo más sobresaliente
de su producción y quizás no llegue a superar en taquilla e ingresos su grandes
y notorios éxitos; aunque definitivamente ha logrado ser el tema de
conversación entre grandes y chicos este verano y ha atraído la curiosidad de
sectores que normalmente no asisten al cine a ver este tipo de películas.
Varias son las razones para ello:
en primer lugar se trata de una película que no es propiamente para su público
objetivo tradicional, el de los niños pequeños. Esta cinta está pensada más
para el público adolescente y adulto. Ello no es obstáculo para ver sentados en
las butacas a familias enteras, aunque a media película los más pequeños
empiecen a aburrirse un poco. Por otra parte, el uso de metáforas para contar
una hisotria partiendo de temas tan complejos, no siempre da los resultados
esperados.
La historia se centra en una niña
que está en pleno tránsito a la adolescencia y en un momento muy complicado de
cambio de vida debido a una mudanza. Sin
embargo, el acento no está en el exterior, sino en entender lo que pasa por su
mente, presentando al espectador las emociones que dirigen su comportamiento y
la reacción que desencadenan ante
situaciones variadas.
Es así que Pixar decide que hay
cinco emociones básicas que ayudan a entender el complejo proceso de la
conducta humana, mismas que puede asociar con colores y aspectos definidos.
Dichas emociones tienen un control de mando, desde donde “administran” las
reacciones, los recuerdos y vigilan las llamadas “islas”, una especie de
construcciones que conforman distintos aspectos de la personalidad. El asunto se complica cuando la lucha entre
la alegría y la tristeza lleva a una crisis que las hace alejarse del control
de mando. El control queda entonces en manos de la ira, el temor y el desagrado
mientras que la alegría y la tristeza deberán aprender a convivir juntas y a
trabajar en equipo para encontrar el camino de regreso y reestablecer el
equilibrio.
Varias son las cosas que se
cruzan en ese camino que a ratos recuerda la estructura narrativa del llamado
“camino del héroe” (un tipo de relato en donde a través de un viaje de
descubrimiento el protagonista revela a sí mismo su verdadera naturaleza) pero
también el lugar común de la dualidad entre el bien y el mal un poco más
suavizada (recuerden que la película es
para niñas/os).
Vemos entonces aspectos como los amigos imaginarios, la
administración de recuerdos a largo plazo, el pensamiento abstracto (quizás la
mejor interpretación visual de toda la cinta) y el desconcertante tren del
pensamiento racional que en medio de la crisis emocional, simplemente se
descarrila.
La película resulta divertida,
aunque carece de un ritmo constante, hay partes largas y algunos cabos sueltos
que nos hacen extrañar el planteamiento redondo que tienen otras cintas de
Pixar. Sin embargo, es de resaltar dos cosas muy importantes que hacen que
valga la pena pagar el boleto: una, la idea de que la estabilidad emocional, se
construye y deconstruye constantemente. Esta “plasticidad” es útil para
entender que hasta el peor momento de nuestras vidas puede ser reinterpretado,
ya que las cosas no siempre las recordamos como en realidad sucedieron, sino
con el filtro de la emoción con la que quisimos impregnarlas.
La segunda, es el desagravio de
la tristeza. Las personas no pueden estar por siempre alegres, ese es un
objetivo imposible de alcanzar. Reconocer la capacidad sanadora de aceptar la
tristeza, hablar de ella y conjurarla para que no te paralice, es sin duda una
de las grandes enseñanzas de la película, que sin duda también nos ayuda a los
padres y madres de familia a entender mejor a nuestros hijos/as.
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