Intensa-mente. El placer de estar triste.



Inside out. USA (2015)
·         Dir. Pete Docter, Ronnie Del Carmen
·         Reparto (voces): Amy Poheler, Phyllis Smith, Bill Halder, Lewis Black. Mindy Kalling.

Un verano sin algo nuevo de Pixar no es verano, por lo cual esta cinta se perfilaba como uno estrenos más esperados, una especie de tradición para las y los espectadores de todas las edades. La doceava cinta de esta casa productora, famosa por haber revolucionado el mundo de la animación hace ya más poco más de 2 décadas, ofrece esta cinta, que definitivamente no se contará entre lo más sobresaliente de su producción y quizás no llegue a superar en taquilla e ingresos su grandes y notorios éxitos; aunque definitivamente ha logrado ser el tema de conversación entre grandes y chicos este verano y ha atraído la curiosidad de sectores que normalmente no asisten al cine a ver este tipo de películas.
Varias son las razones para ello: en primer lugar se trata de una película que no es propiamente para su público objetivo tradicional, el de los niños pequeños. Esta cinta está pensada más para el público adolescente y adulto. Ello no es obstáculo para ver sentados en las butacas a familias enteras, aunque a media película los más pequeños empiecen a aburrirse un poco. Por otra parte, el uso de metáforas para contar una hisotria partiendo de temas tan complejos, no siempre da los resultados esperados.
La historia se centra en una niña que está en pleno tránsito a la adolescencia y en un momento muy complicado de cambio de  vida debido a una mudanza. Sin embargo, el acento no está en el exterior, sino en entender lo que pasa por su mente, presentando al espectador las emociones que dirigen su comportamiento y la reacción  que desencadenan ante situaciones variadas.
Es así que Pixar decide que hay cinco emociones básicas que ayudan a entender el complejo proceso de la conducta humana, mismas que puede asociar con colores y aspectos definidos. Dichas emociones tienen un control de mando, desde donde “administran” las reacciones, los recuerdos y vigilan las llamadas “islas”, una especie de construcciones que conforman distintos aspectos de la personalidad.  El asunto se complica cuando la lucha entre la alegría y la tristeza lleva a una crisis que las hace alejarse del control de mando. El control queda entonces en manos de la ira, el temor y el desagrado mientras que la alegría y la tristeza deberán aprender a convivir juntas y a trabajar en equipo para encontrar el camino de regreso y reestablecer el equilibrio.
Varias son las cosas que se cruzan en ese camino que a ratos recuerda la estructura narrativa del llamado “camino del héroe” (un tipo de relato en donde a través de un viaje de descubrimiento el protagonista revela a sí mismo su verdadera naturaleza) pero también el lugar común de la dualidad entre el bien y el mal un poco más suavizada (recuerden que  la película es para niñas/os).
Vemos entonces  aspectos como los amigos imaginarios, la administración de recuerdos a largo plazo, el pensamiento abstracto (quizás la mejor interpretación visual de toda la cinta) y el desconcertante tren del pensamiento racional que en medio de la crisis emocional, simplemente se descarrila.
La película resulta divertida, aunque carece de un ritmo constante, hay partes largas y algunos cabos sueltos que nos hacen extrañar el planteamiento redondo que tienen otras cintas de Pixar. Sin embargo, es de resaltar dos cosas muy importantes que hacen que valga la pena pagar el boleto: una, la idea de que la estabilidad emocional, se construye y deconstruye constantemente. Esta “plasticidad” es útil para entender que hasta el peor momento de nuestras vidas puede ser reinterpretado, ya que las cosas no siempre las recordamos como en realidad sucedieron, sino con el filtro de la emoción con la que quisimos impregnarlas.

La segunda, es el desagravio de la tristeza. Las personas no pueden estar por siempre alegres, ese es un objetivo imposible de alcanzar. Reconocer la capacidad sanadora de aceptar la tristeza, hablar de ella y conjurarla para que no te paralice, es sin duda una de las grandes enseñanzas de la película, que sin duda también nos ayuda a los padres y madres de familia a entender mejor a nuestros hijos/as. 

Comentarios

Lo más buscado