Sopranos eternamente




No sólo eres hermosa, son las inteligentes cosas que dices…
Piropo de Tony Soprano a su terapeuta



Los registros indican que Los Soprano fue a su término, la serie más premiada con varios Emmy y Globos de Oro para los actores, la dirección, el guión, y un muy interesante premio al mejor elenco. Los Soprano son todo un fenómeno mediático, porque muestran el lado violento, irónico, crudo, pero también divertido y dramático de la vida en familia dentro y fuera de la mafia.

La serie fue interesante desde muchas perspectivas. Su creador, David Chase confiesa haberse propuesto escribir un show de televisión con el objeto de liberarse de la terrible relación con su propia madre. Es decir que Livia Soprano existe. El que el hijo fuera capo de la mafia, fue al principio un asunto meramente incidental. La búsqueda del elenco también merece una mención especial. Casi todos los actores son de ascendencia ítalo americana, y salvo Lorraine Bracco -que encarna a la terapeuta- prácticamente desconocidos para las grandes audiencias. Lorraine Bracco fue considerada para hacer el papel de la esposa de Tony, pero ella se negó porque no quiso encasillarse como esposa de un capo, papel que ya había interpretado en la cinta Goodfellas. El papel de Carmela Soprano le fue otorgado entonces a Edie Falco, actriz de teatro y películas para televisión, quien ahora además ostenta varios premios por su excelente actuación como la primera dama de la mafia de New Jersey.

La “famiglia” se completa con un ex miembro de la banda de Bruce Springsteen, un exconvicto verdadero, un músico de sax y otros actores que prácticamente eran de reparto. El propio Gandolfini había hecho apariciones de roles secundarios en cintas como Poseidos, 8MM, la Mexicana, y Perdita Durango.

Las temporadas fueron aderezadas con actuaciones especiales de importantes estrellas italo americanas, como Anabella Sciorra, Steve Buscemi, Daniel Baldwin y Joe Pantoliano.

James Gandolifni (Tony Soprano) hace una verdadera creación del mafioso padre de familia, esposo infiel, hijo resentido, adulto en plena crisis de edad, que lo convierte en el capo de la mafia más interesante (si, ¡claro que mucho más que Tony Montana!) justamente porque muestra su profundo lado humano. En medio de la miseria propia de quien mata a destajo, está la búsqueda del equilibrio más allá de la parodia.

Tony es el mejor ejemplo del antihéroe que se gana el favor de la audiencia solamente con mostrarse como es. Es violento, misógino, racista, ambicioso y tramposo, pero también es un hombre de familia, que adora a sus hijos, y que siente ternura por un puñado de patitos que llega a vivir a su piscina. Es también un ejemplo de la buena vida: jugar golf, navegar en yate, usar ropa de marca y sobre todo ¡comer!. Como amante es detallista y cariñoso. Y a pesar de todos sus defectos nunca faltan mujeres en la lucha por conquistarlo. Todo un caso de estudio de porqué a las mujeres nos sigue seduciendo la alegoría de la bella y la bestia.

Pero además que eso, los recovecos del bajo mundo se trataron sin ningún tapujo y asuntos de venganzas, códigos de honor, corrupción con a las autoridades, fueron mostrados con descaro. La audiencia fue testigo de cómo el sistema norteamericano es cruel con las minorías, y como los distintos grupos culturales diseñan estrategias de sobrevivencia, que no siempre son dignas de orgullo. La mafia no es tratada aquí como un cáncer social, sino como un apéndice del sistema. En una relación tan simbiótica, los escritores de la serie se vieron en problemas para decidir el final de Tony. ¿Cómo podría acabar la serie? Si ya mostramos hasta donde está infiltrada la mafia ¿sería creíble el fin de Tony en la cárcel y la banda desarticulada? Evidentemente no.

Es por ello que el polémico final que transmitió la cadena HBO deja frustrados a las y los fans de la serie. El único fin para un capo es la cárcel o la muerte. La cárcel era poco para el jefe de la familia, porque hubiera encontrado la manera de corromper a alguien y seguir controlando la mafia de New Jersey. La muerte entonces, era la única opción, pero ¿qué detiene a la cadena para mostrar la muerte y funeral de Tony? Hay rumores de censura, se dice que la escena era muy violenta, rayando en la brutalidad y por ello decidieron no transmitirla. Pero ya habíamos visto a lo largo de siete años; asesinatos, golpizas, descuartizaciones, suicidios, niños atravesados con flechas, sexo en el zoológico, entre otras linduras. También se dice que deja la puerta abierta para otra temporada, pero es sabido que Gandolfini no quería hacer más el papel y sin él, la verdad es que la serie tiene muy poco futuro. Por último, otra hipótesis apunta a la posibilidad de hacer una película que narre lo que pasó en ese momento en que la pantalla se vuelve un agujero negro lleno de preguntas.

La verdad es que para miles de fans –la autora de esta columna incluida- la imagen de Tony acribillado y en un charco de sangre hubiera sido difícil de asimilar. Al final, se cumple la sentencia común en el tratamiento del tema de la mafia en medios: el crimen no paga. Y Soprano al igual que Capone, Montana, Corleone, Luciano, y otros mafiosos célebres recibe un merecido castigo a su maldad. Solamente que aquí, el estereotipo se había roto hasta tal punto que en algún momento pensamos que podría ser diferente. La mafia seguirá siendo tema de cine y televisión, pero tendrá que ser tratado de otra manera. Nunca más mafiosos acartonados, porque hubo ya quien se mostró como uno de nosotros.

Y si, quizás eso es lo más importante que muestra la serie: El dialogo con nuestro lado violento y oscuro, siempre será más provechoso habiendo pasta y vino italiano para acompañar.

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