Código Enigma. La doble identidad de los héroes verdaderos.
The imitation game.
Inglaterra-USA (2014)
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Dir: Morten Tyldum
·
Reparto: Benedict Cumberbacht, Keira Knightley,
Matthew Goode, Charles Dance
Al grito de ¡cuéntame otra de nerds! tenemos esta inteligente cinta , que al igual que “La teoría del todo” (J. Marsh, 2014) – con la
cual compartió aparadores en los cines comerciales en su estreno- narra la historia verídica
de un científico destacado y figura crucial para entender la historia reciente del
mundo y de nuestro conocimiento acerca de lo que nos rodea.
Decir que narra la historia del
matemático que construye las bases para las modernas computadoras, es sin duda
quedarse muy corto. Esta es una historia épica acerca del hombre que demostró
que el conocimiento es el que gana las guerras y que los héroes verdaderos no
dejan de ser cuestionados, perseguidos y señalados a pesar de contribuir al
avance de la humanidad.
Cumberbatch lleva sobre sus
hombros la responsabilidad de interpretar a Alan Turing, matemático y
criptógrafo británico que contribuye a descifrar los mensajes secretos y
codificados de las tropas alemanas durante la segunda guerra mundial, mediante
el diseño de lo que se puede considerar la primera computadora, a quien bautiza
como “Christopher”.
La cinta está construida con una
impecable técnica narrativa de secuencias entrelazadas que permite comprender
la naturaleza de un genio como Turing y a la vez documentar un importante hecho
histórico. Sólo un hombre que comprende
el valor de los secretos para sobrevivir en un mundo discriminador y cargado de
prejuicios, es capaz de descifrar aquellos otros que a los ojos de los demás son
tremendamente complejos. Es así que la cinta trabaja en favor de que el
espectador comprenda que a veces son las circunstancias las que hacen al héroe.
Y que como en los cómics, comprobar
que al final, su identidad secreta es su
único refugio.
La película es así emotiva y
emocionante, pero también profundamente humana, en realidad termina siendo no solo una brillante crónica sobre la forma
en que la ciencia cambió nuestras vidas, sino también de cómo hemos construido prejuicios y
miedos acerca de lo que nos parece diferente.
Lo cierto es que una historia cómo ésta no debiera pasar desapercibida. Es una
clara muestra de que no todos los héroes de guerra son como nos los pintan y
que -más vale tarde que nunca- es importante hacer un reconocimiento público y
universal a través del cine, a un hombre que detuvo una guerra en el anonimato.
Sin armas ni balas, tan genial como incomprendido, Turing es una víctima
temprana de la más compleja, brutal y cruel forma de homofobia: aquella que te
niega la posibilidad de ser tú mismo. Y como aplica para éste y otros muchos
casos, el nerd –definitivamente- no
es como lo pintan.
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